jueves, 29 de noviembre de 2012

De Zway al futuro


En agosto estuve en Zway (Etiopía): un mes en la misión de las Salesianas, dando clases de inglés por la mañana y dando todo lo que podía en el Oratorio por la tarde. Unas 500 niñas me acogieron, unos 1000 ojos me miraron con curiosidad, unas 1000 manos me cogieron de las mías o me tocaron el pelo porque les resultaba tan diferente y al mismo tiempo tan bonito. 
Un mes de mi vida muy fuerte, en el que ví con mis ojos qué es la dependencia creada por los “blancos” en África. Pero, sobre todo, ví qué significa “la convivencia interreligiosa”, e invitar, con el corazón y sin otra razón sino el cariño, a comer cuando sólo hay enjera y patatas.


Un mes, como otros del pasado, de voluntaria. Sì, ser voluntario/a tendría que ser una elección de vida. Eso, según mi opinión, no significa irse todo los años a un país lejano, sino ser coherente como voluntario en tu propio entorno cotidiano y también saber asumir la dificultad de volver después de una experiencia tan intensa a tu día a día, sin sufrir por la imposibilidad de salir por el mundo otra vez.




Éste ha sido un poco el tema del curso Bact to the Future, organizado por Don Bosco Youth Net dentro del Programa Juventud en Acción, en el que participé el pasado fin de semana en Bollington (Reino Unido), representando a la Confederación Don Bosco y, por supuesto y con orgullo, a Madreselva.

Durante 4 días, unos 25 jóvenes de 8 países europeos (Reino Unido, Bélgica, Malta, Austria, Alemania, Polonia, España e... Italia) nos reunimos en la Savio House de ese bonito pueblo cerca de Manchester, para compartir nuestras experiencia como voluntarios por el mundo y proyectarlas en nuestro futuro.

Partimos del análisis de nuestros viajes y, pasando por una divertida noche internacional y la profundización del concepto de “ciudadanía activa”, llegamos a tomar conciencia de nuestras posibilidades de participación en la sociedad como “jóvenes” y como “voluntarios”, gracias también a las oportunidades de “iniciativas” ofrecidas por la Unión Europea a través del Programa Juventud en Acción.

Dejé Bollington con una pregunta y una frase en mi cabeza, que os dejo aquí...

 Como voluntaria/o... ¿dónde quieres estar?
Do ordinary things extraordinarily well”                                                                                                                                     


 Stefania voluntaria 2012
                       

domingo, 18 de noviembre de 2012

Contrastes 5. Naturaleza y fotos, muchas fotos


“En India si el final no es feliz, es porque no es el final”.
Hoy os hacemos llegar, por el momento, la última entrega de la serie Contrastes como muestra de agradecimiento a todos los que habéis ayudado a la Fundación Madreselva y los jóvenes de Chennai a conseguir el proyecto “Tecnología para el Futuro”. Gracias a todos y todas.


Si te gusta la vida en la naturaleza y los animales, India es, desde luego, toda una experiencia en este sentido. El animal más famoso en India es la vaca sagrada, pero es importante apuntar que no todas las vacas lo son, sólo las de un tipo concreto y además colectivos no hindúes como los católicos o los musulmanes sí comen carne de ternera, aunque no es muy habitual. Si la vaca es un estereotipo de India, también es una realidad, las puedes encontrar pastando libremente en casi cualquier parte, incluida la Ciudad Electrónica de Bangalore donde se ubican Google o Yahoo, lo que ofrece una estampa bastante curiosa. Pero no sólo de vacas se nutre la fauna india, también hay cerdos, gallinas, cabras y cuervos, muchos cuervos e incluso en Bangalore y en otros puntos del Sur he podido avistar bastantes águilas.

Pero sin lugar a dudas, lo que más abundan son los mosquitos que parecen tener una significativa predilección por la sangre foránea. En el Estado de Kerala me encontré con elefantes por las carreteras, muchos de ellos en procesiones religiosas, dado que en el hinduismo también ocupan un lugar especial. En un templo de impronunciable nombre en la ciudad sagrada de Kanchipuram una elefanta adornada y maquillada me bendijo con su trompa cuando le ofrecí una moneda de 5 rupias, fue toda una experiencia, aunque los niños y bebés no parecían pensar lo mismo por sus incesantes llantos ante la vista del enorme animal. Además en algunos lugares se pueden visitar campos de recuperación de elefantes y ayudar a bañar a los animales, por ejemplo en Allpauzzha en Kerala junto al rio Periyar.

Y no se puede hablar de India y olvidar a los monos. Hay cientos de ellos en la mayoría de pueblos y ciudades, aunque como buenos supervivientes aparecen, sobre todo, en puntos turísticos donde no escasea la comida. La mayoría no son agresivos y puedes verlos jugar, comer a pocos metros de ti, robar gafas o bolsas de fruta. No obstante hay que tener cuidado porque algunas razas pueden ser peligrosas, de hecho he tenido alguna experiencia desagradable de intento de agresión por parte de un mono de casi un metro de altura entre las ruinas de la ciudad de Hampi, por suerte, creo que solo quería jugar aunque a mi me pareció bastante más hostil que el resto de miradas de curiosidad que he recibido en estos meses.

Por último, los tigres que son los que más se resistieron a aparecer ante mis curiosos ojos y que evidentemente poco hay que decir sobre ellos que no sepamos, que son felinos sorprendentes , preciosos, pero lamentablemente en peligro de extinción.

Otra de las experiencias más divertidas que he vivido en India, es que decenas de familias, grupos de amigos o adolescentes me pararan por las calles, templos o centros comerciales para hacerse fotos conmigo, no tanto en las grandes ciudades pero sí en los sitios turísticos donde acuden familias indias desde pueblos cercanos o en algunas de las aldeas más alejadas donde he estado. Al principio uno recela, no entiende que alguien quiera una foto tuya, pero al fin y al cabo ¿qué hacemos nosotros cuándo viajamos? Hacer fotos de los autóctonos a diestro y siniestro. Lo cierto es que la sensación de sentirse observada y casi como un personaje famoso durante los primeros días, dura bien poco, aunque siempre es divertido ver cómo quieren no una sino 10 fotos en diferentes poses y escenarios para tener un recuerdo de ti. Creo si hubiera pedido una rupia por fotos, creo que ya habría pagado al completo el billete de avión.

Tatiana Villacieros (Voluntaria 2012)

lunes, 12 de noviembre de 2012

El Salvador.



Ya han pasado más de dos semanas desde mi llegada a El Salvador. Días en los que un nuevo mundo  se abre ante mis ojos, extenso, no pudiendo alcanzar a percibirlo por completo.

Nuevo mundo para mi, viejo llamado por otros. Lleno de nuevos misterios, de nuevas aventuras, de nuevos sabores, olores, colores, nuevos sonidos, nuevas personas y nuevas costumbres...
Tiempo de aprender, de explorar, de descubrir.. Tiempo para crecer.

Desde que llegué he intentado buscar una palabra que englobe este “nuevo mundo” para mi.
Nada más bajar del avión y montar en el “carro de Don Manuel”, comienzo a rebuscar en mi mochila de palabras. CONTRASTES.
 
Casas altas, edificios llenos de oficinas, láminas oxidadas bajo las que señoras venden “pupusas” desde el amanecer, adolescentes que corren hacia el bus, niños que en los semáforos te vienen a pedir, recintos en los que señores gritan “vengan a comprar”, gente que comenta sobre “la chelita” al verme pasar.

País desconocido entre los conocidos, de gente increíble, de peligros y costumbres, de verdes paisajes llenos de miradas que te embaucan al pasar, de luchadores, supervivientes de altas mareas en las que condujeron sin timón ni timonel, país acogedor donde los haya.. País que comienza a ganar mi corazón..


Alejandra (Voluntaria de Gestión de Proyectos)

Contrastes 4. Matrimonios concertados y centros comerciales a la americana

En esta entrega vamos a adentrarnos en algunas de las costumbres y tradiciones indias que más me han llamado la atención durante estos meses.
Otra de las costumbres en la que se mezcla la cultura y la pobreza hasta hacerse indiscernible es la facilidad con la que los indios van descalzos por todas partes. Muchos, la gran mayoría, lo hacen porque son pobres y no pueden permitirse un par de zapatos, sobre todo para los niños que tan rápido crecen y que tantos pares necesitarían en sus primeros años de vida. Sin embargo, muchos adultos van descalzos por las ciudades y obviamente es obligatorio en templos y casas hindúes y musulmanas. Sin embargo, incluso aquellos que los usan, no ven el momento para deshacerse de ellos; es increíble lo rápido que pueden llegar a descalzarse una vez se sientan en el tren, en el autobús o ¡en el cine!
En cuanto a la tradición de los matrimonios concertados, después de haber conocido a muchas familias de diferentes clases sociales, castas y religiones sigue siendo un dilema para mí ¿está bien o no? Según los estándares occidentales puede parecer una aberración que los novios se conozcan poco antes de casarse o el mismo día dela boda, pero en una sociedad tan rica y compleja culturalmente como la india en sentido de idiomas, castas, clanes, religiones, etc. El matrimonio concertado puede resultar de gran utilidad. Una vez que te asomas a la realidad india puedes entender que estas uniones tienen éxito en la mayoría de los casos porque se buscan parejas afines culturalmente, y cada vez más los padres intentan que ambas partes sientan un cierto interés.
La razón que la mayoría de los indios dan para este tipo de matrimonios es que cuando la mujer se casa pasa a formar parte de la familia del novio y entre la sociedad más tradicional y rural, que es el 80% de la población, la nueva pareja se va a vivir con los padres de del marido. Por ello, la conexión cultural es tan importante. Sin embargo, cada vez más con la penetración de la cultura occidental y más que occidental yo diría estadounidense, se producen matrimonios por amor, sobre todo entre las clases más altas. Con todo, existen ventajas y desventajas en ambos tipos de matrimonios debido sobre todo a la multiculturalidad de India.
También hay que destacar que el número de matrimonios concertados entre las castas altas sigue siendo muy elevado, por lo que no se trata de un fenómeno relacionado con el analfabetismo o comunidades arcaicas. Asimismo, lo más interesante de este tema es que cada vez más con la penetración cultural occidental, los matrimonios concertados se ponen en duda, se moldean y se relajan las costumbres. Sin duda, en un futuro próximos años va a existir un declive de esta práctica y sobre todo una revolución a favor de la libertad personal de elegir, lo que es más difícil de predecir es qué va a pasar con estos matrimonios por amor.
En relación a la occidentalización que comentaba arriba, cuando entras en un centro comercial, lo primero que puedes apreciar es que pese a la cantidad de firmas internacional e incluso españolas que hay, el modelo es más bien estadounidense, es realmente curioso sentirse transportado al corazón de la más pura cultura “yankee”. Sin embargo, India no pierde su sabor y su color ni en este entorno, porque en cualquier centro comercial estarás rodeado de cientos de personas indias con burkas, saris, churidares, longhis, etc. En estos centros comerciales es donde se observa mejor esta mezcla o imitación al estilo indio de las tradiciones americanas, pero siempre sin perder de vista la más pura esencia india, no abundan las hamburgueserías, pero las hamburguesas pican; y sus bebidas y comidas siguen ocupando el lugar preferente y por supuesto no se vende cerveza salvo en sitios muy concretos. Dentro de este submundo que son los centros comerciales como símbolo de la cultura occidental, puedes ver a pocos occidentales, aunque sí puedes ver a las jóvenes indias vistiendo vaqueros y cortas camisetas o minifaldas que en otros lugares de India sería impensable. El vocabulario de los jóvenes que hablan ingles también está salpicado de vocablos y expresiones estadounidenses y el McDonalds aunque no abarrotado cada vez tiene más adeptos, aunque debido a las restricciones religiosas en materia de alimentación, sólo sirven pescado, pollo y hamburguesas vegetarianas.

Tatiana Villacieros (Voluntaria)